Spoiler. Estoy a punto de cumplir dieciocho años, sonará mi móvil, mi vida se irá a la mierda y esto fue una movida. Una movida muy gorda.
Tres días en la vida de una adolescente. Tres días que empiezan con una telefoneada “Tu madre hace unos días que no viene, me ha parecido extraño, me he acercado a casa tuya y…” Un viaje de iniciación en ese momento en que todo está para descubrir y el caparazón para romper.
Niña de nadie es un viaje íntimo hacia la construcción de la identidad y la autonomía, donde el teatro acontece el espacio de reflexión emocional. A través del retrato de una joven a punto de hacer dieciocho años, el espectáculo nos acerca a las complejidades del paso hacia la edad adulta e invita el público adolescente a mirarse dentro, a poner nombre a las emociones y a reconocerse en las incertidumbres de crecer.
Con una dramaturgia potente y sincera, se genera un diálogo entre escena y espectador que estimula el pensamiento crítico y abre la puerta a habla —con profesores, compañeros o familia— sobre temas como la presión social, el miedo de decepcionar, las relaciones y las expectativas. Niña de nadie acerca las artes escénicas a los jóvenes no solo como espectáculo, sino como espejo y como herramienta de expresión, ofreciendo una experiencia educativa donde emoción y aprendizaje van juntos.
