En 1957 se lanzó al espacio un animal que ha acabado pasando a la historia. Una perrita llamada Laika corre por los parques y las plazas de Moscú sin saber que su destino se encuentra en las mismas estrellas que ve cada noche. Ella fue la protagonista de una historia trepidante que la llevó a la nave espacial Sputnik 2 y a orbitar alrededor de nuestro planeta.

Paralelamente, la propuesta desarrolla otra historia: la de aquellos que, como la misma Laika, son víctimas de injusticias y se encuentran inmersos, sin quererlo, en las luchas de poder otros.

Una propuesta escénica que nos habla de las maravillas del cielo pero también, de las injusticias de la Tierra. Laika inspira un espectáculo que nos acerca, de manera muy visual, un episodio fundamental en la historia de los viajes al espacio y, a la vez, el relato de un abuso sobre los más débiles.

Más allá de la anécdota histórica, Laika cuestiona si el fin justifica los medios y sitúa en escena temas sensibles como el maltrato a los animales, con la intención de despertar empatía hacia ellos.